Fue ayer, día 21 de abril, cuando la suerte sonrió a nuestra clase al brindarnos la oportunidad de asistir a una imprevista e igualmente magistral conferencia sobre los múltiples dialectos que conviven en la espléndida tierra de China. De la mano de tres adorables colegialas procedentes del país del sol naciente, muchas de nuestras mentes se abrieron para recibir con asombro el regalo de una nueva cultura llena de maravillas que nuestra concepción no alcanza a abarcar.
La mayoría de las personas no imaginaría la cantidad de tonos que habría
que tener en cuenta a la hora de aprender el chino, pues en dependencia a las
distintas zonas del susodicho país, el dialecto se tuerce y cambia
sustancialmente hacia algo totalmente distinto. Mientras que algunos de estos
dialectos poseen solo cuatro tonos, otros como el mandarín contienen la
friolera de hasta nueve. Esto nos permite, mediante la variación melódica de un
mismo sonido, decir cosas absolutamente diferentes. Fue una de estas chicas,
llamada Dora, la encargada de deleitarnos con un muestrario de los tonos tan
dispares que plagan algunos de estos hablas, mientras que una de sus compañeras
explicaba todo y otra traducía sus palabras, no sin algunas dificultades que
hacen pensar que tampoco nuestro idioma resulta demasiado fácil de aprender.
Vimos como las entretenidas óperas y obras teatrales en los diferentes
dialectos, las que desgraciadamente no pudimos oír a causa de un infausto
problemilla relacionado con los aparatos de sonido del aula, enternecían el
corazón del público chino, que no reprimía un sinfín de aplausos con el que
rociaba el escenario. Oímos la maravillosa historia de un misterioso idioma
escrito reservado exclusivamente a las mujeres, guardianas de un secreto que
les permitía escapar de la tiranía del hombre y dialogar las unas con las otras
a través de las únicas amigas a las que podían tocar con las manos: las
palabras.
A pesar de los numerosos inconvenientes técnicos, acostumbrados a aparecer
en los momentos menos oportunos, la sensación con la que atravesamos la puerta
de salida una vez terminada la charla fue de extrema satisfacción, saboreando
por los pasillos las dulces mieles que una nueva cultura había untado en
nuestros labios.
DATOS DE INTERÉS: Aquí
os dejo una página que nos enseña como aprender este idioma, el Chino.
http://hablemoschinomandarin.blogspot.com.es/2010/11/fonetica-del-idioma-chino-pinyin.html
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