-¿Qué opináis sobre la desaparición de algunas lenguas?¿Quién o qué influyó? ¿Qué haríais para que perduraran en el tiempo?
Lorena Lorente García : Muchas
cosas: el cansancio de usarlas, como dicen más arriba, el contexto
histórico (factor más influyente, a mi parecer), incluso, por qué no, la
religión y las creencias de esa sociedad, etc.
Ogeid Orellabac : O
que el hablante varía con su habla la lengua ideal, creando día a día
formas aberrantes para los conservadores, pero muy útiles para la
comunicación... ¿qué es si no el español más que un latín mal hablado?
Si Julio César nos escuchara, a parte de no entendernos nos tacharía de
paletos...
Lorena Lorente García: Ogeid Orellabac,
me lo has quitado de los dedos. Estaba yo pensando lo mismo, que el
latín no está muerto porque vive y revive día a día en nuestras lenguas.
Ogeid Orellabac : Bueno,
yo creo que el latín lo hemos matado entre todos... y si te soy sincero
prefiero que esté muerto porque las declinaciones me parece un
verdadero incordio. Nos quedan restos, eso sí, que no hay que olvidar.
Sara Garcia de Vicuña: Uff,
tengo bien reciente el libro de Crystal y la muerte de numerosas
lenguas, así como el peligroso lugar en el que algunas se encuentran...
Libro algo pesado, la verdad, pero desde luego curioso.
Y continúa el debate...
Aquí os presentamos nuestro blog en el que todos podéis participar. Contaremos con la colaboración del grupo de “Los Filólogos somos importantes” formado por personas que estudian o trabajan dentro del mundo de la Filología. También mostraremos la opinión de varias personas sobre los temas que estamos tratando.
martes, 27 de mayo de 2014
Lenguas minúsculas
El
documental de “El último sefardí” nos relata alguna de las historias de muchos
judíos que abandonaron España perseguidos por la Santa Inquisición en la Edad
Media o incluso de la dura historia que sufrió esta sociedad debido al nazismo
alemán.
Antes de escribir mi ensayo decidí informarme más
sobre el tema que estamos tratando y comencé a leer artículos y opiniones sobre
ello.
Cualquier lengua puede estar en peligro de
extinción si una sociedad padece la xenofobia de otra sociedad como es el
caso de la raza judía, que fue objeto de exterminio desde 1933 a 1945 (llegada
al poder del Partido Nacionalista Alemán de Adolf Hitler). Y es que una lengua
necesita un gran conjunto de hablantes para que esta perdure en el tiempo e
incluso se expanda por parte del mundo. La escritura es un papel
fundamental en la trayectoria de una lengua por lo que existen lenguas que no
son escritas, simplemente habladas por un grupo de personas. Estas lenguas que
carecen de escritura han dado lugar a su desaparición,
como algunas lenguas africanas, ya que en mi opinión, una lengua puede perdurar
más en el espacio, que en el tiempo. El contexto histórico, la
religión…son uno de los factores, a mi parecer, más influyentes.
Las sociedades más afectadas han sido las sociedades
indígenas ya que desde hace años han estado sometidas a la esclavitud e incluso
la muerte, lo que influye totalmente en la pérdida de una lengua en la memoria.
En mi opinión las lenguas son como las grandes potencias mundiales, “pez grande
que come al pez pequeño.” Desde mi punto de vista esta opinión está ligada a
las lenguas, que van desde las más importantes a las menos importantes, al fin
y al cabo las que desaparecen por un motivo u otro, de ahí la gran importancia
del inglés frente a otros idiomas, o incluso el chino cada vez más popular.
Estoy totalmente de acuerdo con George Steiner,
humanista, profesor norteamericano quien dijo que cuando muere un idioma, muere
un enfoque de la vida, una realidad de la conciencia... Gregorio Salvador
vicepresidente de la RAE, nos muestra en un artículo su opinión frente a la
pérdida de las lenguas, de las que dice que no se trata de ninguna tragedia el
hecho de que estas desaparezcan.
Leemos otro artículo de El País en el que
Albert Brachandell profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona el cual
piensa que el hecho de hablar la misma lengua nunca ha sido una condición
necesaria para la comunicación entre una comunidad, algo en lo que no estoy de
acuerdo ya que considero el lenguaje como vía fundamental de la comunicación
entre dos o más habitantes.
Por último y como dato de interés aquí os muestro
algunas de las lenguas olvidadas en el tiempo y otras que hoy día estudiamos,
como el latín, un idioma que aunque parece que murió hace tiempo, vive y revive
cada día en el interior de muchos de los idiomas que hoy día utilizamos.
Período Lenguas muertas:
Edad antigua Latín (circa siglo VII), griego antiguo (c. siglo III), idioma íbero (c. s. I), idioma celtíbero (c. s. I), etrusco (c. s. I), hitita (c. s. XI a. C.), egipcio clásico (c. s. VII a. C.), huno (c. s. VI y V d. C.), acadio (c.s. III A.C.). Edad media Idioma gótico (c. s. IX), mozárabe (c. s. XII), tocario (c. s. X). Edad moderna Idioma guanche (s. XVI), arameo medio (c. s. XIII), copto (c. s. XV), antiguo prusiano (c. s. XVIII), polabo (siglo XVIII), córnico (la última hablante murió en 1777).
Edad contemporánea Dálmata (el último hablante: Antonio Udina, murió en 1898), Idioma manés (el último hablante murió en 1977), Idioma ubijé (el último hablante, Tevfik Esenç, murió en 1992)
Edad antigua Latín (circa siglo VII), griego antiguo (c. siglo III), idioma íbero (c. s. I), idioma celtíbero (c. s. I), etrusco (c. s. I), hitita (c. s. XI a. C.), egipcio clásico (c. s. VII a. C.), huno (c. s. VI y V d. C.), acadio (c.s. III A.C.). Edad media Idioma gótico (c. s. IX), mozárabe (c. s. XII), tocario (c. s. X). Edad moderna Idioma guanche (s. XVI), arameo medio (c. s. XIII), copto (c. s. XV), antiguo prusiano (c. s. XVIII), polabo (siglo XVIII), córnico (la última hablante murió en 1777).
Edad contemporánea Dálmata (el último hablante: Antonio Udina, murió en 1898), Idioma manés (el último hablante murió en 1977), Idioma ubijé (el último hablante, Tevfik Esenç, murió en 1992)
Ninguna lengua merece el olvido eterno, ya que alguna
vez formó parte de la vida de una sociedad, de su historia…siendo algo en común
para un conjunto de habitantes que la utilizaban en armonía.
Miriam Cobano Palma
Se
denomina “lenguas minúsculas” a las que tienen pocos hablantes, normalmente
pertenecen a una pequeña civilización y son variedades de “lenguas grandes” es
decir, lenguas que son habladas por gran parte de la sociedad.
He
leído diferentes artículos sobre este tema, por ejemplo, las opiniones de George
Steiner, humanista, profesor norteamericano, Fernando Lázaro Carreter, antiguo
presidente de la Real Academia Española de la Lengua RAE, Gregorio Salvador
vicepresidente de la RAE y Albert Brachandell profesor de la Universidad
Autónoma de Barcelona. Dan puntos de vista diferentes, estoy de acuerdo con los
dos primeros fragmentos, con la opinión de George Steiner y Fernando Lázaro
Carreter. Todas las variedades de la lengua, tienen riqueza y aportan a la
sociedad, por tanto no deberían ninguna quedar extintas. Es verdad que la
importancia de una lengua la puntualiza el número de hablantes, pero aun así,
no deberían perderse las que tienen pocos hablantes, porque aunque no hayan
tenido la necesidad de perdurar, también ha formado parte de la historia y han
aportado a la cultura mundial. No estoy de acuerdo con Gregorio Salvador,
pretende que solo perduren las lenguas que se están practicando actualmente y
las necesarias y aunque las personas no hablen el idioma de la mayoría, no
significa que no hayan ensanchado su mundo y sus perspectivas de futuro.
En
el documental “El último Sefardí” se relata alguna de las historias de muchos
judíos que abandonaron España perseguidos por la Santa Inquisición en la Edad
Media o incluso de la dura historia que sufrió esta sociedad debido al nacismo
alemán. En cuanto a la desaparición de tantas lenguas en el mundo, como por ejemplo,
el idioma judeoespañol, ocurre por lo que hemos puntualizado anteriormente, por
la necesidad de comunicarse con un idioma concreto, aprendes el idioma
necesario y abandonas el idioma natal. Pienso que esto no debería ocurrir,
deberíamos tener riqueza en cuanto a los idiomas pero sin perder el que
aprendemos al nacer.
Ángela
Aceitón Pérez
Nuevas Tecnologías
El mundo cambia con el transcurso de los años, cambia la sociedad, las
costumbres, el lenguaje, incluso la forma de captar y exponer información.
En la antigüedad, la información era muy escasa y estaba controlada por las
élites. No se sabía a ciencia cierta si la información era veraz o falsa,
puesto que eran escritas sin ninguna prueba clara. Tiempo después, se
encontraron restos de un arte simbólico que nos informó de lo sucedido en la
época, puesto que eran pinturas con motivos históricos, donde se representaba
la vida de estos antepasados, su forma de vivir.
Más tarde comenzó la escritura, hay pocos escritos de un principio,
realizados a mano por las élites y aún con el mismo problema de la duda de si
era veraz la información o falsa.
Fue más tarde con la aparición de la imprenta a mediados del siglo XV, lo
que supuso la revolución de los escritos, eran reproducidos fácilmente y facilitó
el acceso de todos. Esto se llamó revolución, porque era un adelanto a los
tiempos, un camino fácil en la vida de los humanos y una fuente para reproducir
la cultura y hacerla llegar a todos. Situó a Europa en lo más alto gracias a
que abrió el camino al mundo actual, tecnológico y globalizado.
La revolución que estamos viviendo en la actualidad es los nuevos medios de
comunicación en masas y la industria del entretenimiento, como el cine y la
popularización de internet.
Nuestra sociedad, tiene mucha facilidad para encontrar información de todo
tipo, pulsando un botón en la web, podemos acceder a todo tipo de documentos,
ya sean históricos o de actualidad, incluso los periódicos ya son la mayoría
digitales, esto aporta más comodidad al ciudadano y por supuesto menos desgaste
de papel. Todas las revoluciones han recibido críticas, hasta que se ha
comprobado que ha sido una evolución de la humanidad aunque no todo es
positivo; la información de internet puede ser distribuida por todo el mundo,
por tanto es muy fácil introducir información falsa a la vista de todos,
nosotros tenemos que saber de donde elegir la información para que sea veraz,
con sus correspondientes pruebas que aporten fiabilidad a la información.
Con el paso del tiempo, las nuevas tecnologías tendrían que llegar a todo
el mundo y evolucionar más aún. Esto nos hará la vida cada vez más fácil.
Ángela Aceitón Pérez
Los medios de comunicación han influido por un lado favorablemente en nuestra
vida ya que gracias a ellos hemos podido ver desde muy cerca los sucesos
acontecidos a miles de kilómetros. El mundo de la comunicación desde antaño nos
ha informado de los hechos sucedidos en nuestro país pero también de sucesos
internacionales.
Hace años lo que ocurría fuera del lugar donde se residía era totalmente
desconocido. A priori fue el don de la palabra el que comenzó a llevar la
información de ciudadano en ciudadano y más tarde fue la prensa escrita la que
adquirió también un importante papel en la vida de los habitantes, la cual
comenzó a informar a los ciudadanos de los hechos que estaban sucediendo fuera
y dentro de nuestro lugar de residencia. El descubrimiento de la escritura fue
un acontecimiento revolucionario e introdujo al hombre en el mundo de la
cultura. Gracias a dicho descubrimiento el hombre tuvo la posibilidad de
aprender a leer e incluso de escribir sus propias obras. El castellano antiguo
fue apareciendo poco a poco allá por el siglo XV, derivado del latín vulgar,
derivado a su vez del latín culto. Poco a poco el castellano antiguo se
convirtió en costumbre entre todos los habitantes. Este conjunto de
convenciones hizo que todos los habitantes tuvieran algo en común, una lengua.
Gracias a ello la información adquirió un papel muy importante ya que el
pueblo entendía perfectamente lo que se les transmitía ( en la edad media los
juglares se encargaban de llevar información de un pueblo a otro). Por ello la
lengua está totalmente relacionada con la escritura y esta con la comunicación,
ya que era el medio de información cuando no existía todo lo que hoy día nos
informa.
Actualmente contamos con medios cualificados y de calidad como la
televisión, la radio, Internet y otros medios de comunicación, pero,
¿simplemente nos informan sin influirnos? .
No siempre nos han informado al pie de la letra ya que siempre ha estado
regida por alguien o ha tenido un sentido manipulador. Como mi abuela siempre
me decía: “En tiempos de Franco, en la televisión solo se veía lo que él quería
que viésemos”. Pero no solo ocurría esto en la década de los 40 (época de la
dictadura) también es algo que ocurre hoy día. Siempre me he interesado por la
historia de España, es algo que siempre me llamó mucho la atención, y como cada
año veo los documentales que la televisión realiza sobre el famoso golpe de
estado del general Tejero. Este año fue diferente. Al principio el reportaje
comenzó dando una información que jamás se había publicado, algo que
desencajaba toda la información dada anteriormente, algo que sorprendió a todos
los ciudadanos ya que la historia había sido contada desde un punto de vista
muy distinto al que siempre habíamos estado sometidos. Más tarde el conjunto de
periodistas encargados de este documental, afirmaron que toda la información
había sido falsa.
Como vemos lo importante o mejor dicho la moraleja de todo esto no
era volver a repetir la historia de Tejero si no hacernos ver que los medios de
comunicación influyen totalmente en nuestra vida y son capaces de crear una
opinión totalmente distinta de la que pensamos e incluso manipularnos. Muchas
campañas publicitarias mienten e intentan convencernos de que sus productos son
los mejores y es lo mejor para nosotros, mientras que su intención es otra muy
distinta.
Como ocurre en la vida diaria, “no todo lo que reluce es oro” y no
deberíamos ser simples marionetas de aquellos que solo pretenden
“vendernos la moto”.
La escritura desde mi punto de vista es el medio con más transcendencia ya
que hoy día se utiliza para cosas esenciales como el aprender a leer y escribir
gracias a nuestro alfabeto. El libro en sí corre peligro desde que internet se
inventó.
Hoy día preferimos hacer volar nuestra imaginación a través de una
pantalla en lugar de pasar las hojas de un libro. En nuestra vida diaria
Internet es imprescindible porque nosotros lo hemos hecho así, y gracias a él
podemos viajar y visitar lugares sin movernos de nuestro hogar, podemos
informarnos de cómo prevenir enfermedades, podemos aprender recetas caseras
para la vida diaria, escuchar y descargarnos música gratuitamente…cualquier
cosa por insignificante que sea viene de la mano de Internet. Nuestra
sociedad está tan acostumbrada a utilizar este medio del que no vemos
algo perjudicial, pero en realidad sí lo es, ya que no fomenta la lectura
de los libros. Por ejemplo cuando en clase el profesor manda alguna lectura,
todos alguna vez hemos tenido la tentación de buscar un resumen, un camino
fácil pero no el más adecuado y así con Internet los libros se desvaloran cada
vez más.
Otro medio de comunicación el cual es fundamental hoy día son los móviles.
En pocos años hemos pasado de utilizar este aparato simplemente para llamar a
enviar mensajes gratuitos, introducirnos en infinidad de redes sociales, hablar
con los amigos mientras vemos donde se encuentran gracias a la vídeo-llamada…
Pero no somos conscientes que somos esclavos de un simple aparato, vivimos
enganchados a tecnologías lo que acorta cada vez más el diálogo entre nuestros
amigos, algo que hoy día sufro personalmente. Además de todo esto y a
pesar de ser conscientes de los graves problemas de salud que conlleva el abuso
de dicho aparato seguimos utilizándolos porque es nuestro modo de vida.
Para concluir debo decir que los medios de comunicación suponen algo muy favorable
pero también poseen un sentido peyorativo en nuestras vidas ua que cada día
disminuye la conversación personal entre amigos, y sobre todo es una mala
influencia para la escritura, ya que nuestro objetivo es enviar mensajes
rápidamente sin tener en cuenta cómo escribimos.
Miriam Cobano Palma
Que las letras han sido un tema de controversia
desde su origen y creación es algo que siempre ha estado muy claro entre todos
los amantes de la palabra. Ya en su comienzo dieron de qué hablar y, por supuesto,
de qué debatir. Mientras que algunos tachaban a la palabra escrita de
fulminante asesina de la memoria, otros defendían que no solo no debilitaba
esta facultad, sino que la incrementaba e incluso aumentaba la capacidad
imaginativa y de asimilación del hombre. La repercusión de su invención causó,
aun así, furor entre todos aquellos suertudos de probar sus mieles, abriendo
una puerta entre la realidad y la ficción que ya jamás podría volver a
cerrarse. Gracias a ello, toda importante cuestión quedaría grabada para
siempre y protegida de la ponzoñosa mano del tiempo.
El mundo volvería a cambiar muchos siglos
después, cuando un curioso y germánico inventor de nombre Gutenberg creó un
mecanismo capaz de imprimir al mismo tiempo montones de palabras sobre el
papel: la imprenta. Antes de eso, cuando la literatura debía calcarse a mano,
solo unos cuantos afortunados tenían posibilidad de disfrutarla. La palabra
escrita conocía así el sol de un nuevo día, un sol que iluminaría las mentes de
millones de personas en todo el mundo y les brindaría el poder del conocimiento
y de la verdad. Todos acogieron de buena gana el nuevo invento. Todos excepto
la Iglesia, por supuesto. La negativa de la Iglesia ante la primera edición que
daría a luz la imprenta, conocida como La Biblia de Gutenberg, se interpuso
como un muro de ladrillos frente a las expectativas de un mundo deseoso de
sabiduría, un muro que estalló en mil pedazos al recibir el firme golpe de las
mismas expectativas a las que se empeñaba en combatir. Finalmente, el pueblo
recibió lo que tanto anhelaba: una ventana que les liberase de su tamaña
ignorancia.
Hoy, en unos tiempos tan difíciles y complicados,
comprobamos que es precisamente aquello que finge darnos alas de libertad lo
que nos condena sin que seamos realmente conscientes de ello. Internet es un
medio al que nos aferramos a diario, deleitándonos con las millones de
realidades dispares que nos ofrece, apagando nuestra visión del mundo y creando
una nueva a semejanza de su oscuro propósito. Es el mismo efecto el que tiene
en nosotros la televisión, que con sus luces mortíferas nos confunde y
reinventa todos los esquemas que los libros y sus palabras confeccionan en
nuestras cabezas a lo largo de los años, siempre y cuando lo permitimos. Son
estos aparatos, estas nuevas tecnologías, los que nos tornan en pasivos y nos
impiden pensar, los que se encargan de atontar nuestras valiosas neuronas como
lo haría cualquier otra droga.
Hagámonos, pues, una pregunta y un favor al mismo
tiempo: ¿qué es lo que realmente vaporiza nuestra memoria: aquellas palabras
que leemos… o aquellas imágenes que nos impiden leer?
Juan Manuel Arauz Molina
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